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Te quiero... pero como amigo

Esta divertida historia resume lo que le pasa a un hombre cuando se enamora de su mejor amiga, pero esta no le presta ni la más mínima atención. Disfrútenlo.



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Lion: un camino a casa

Saroo es un joven indio que vive en Australia desde la niñez, cuando fue adoptado por una pareja local, después de haber pasado un poco más de dos años en un orfanato, en Calcuta. A pesar de ser hoy un hombre con costumbres occidentales, Saroo guarda en su memoria los caminos desérticos, la pobreza, los trabajos pesados de su hermano Guddu, y la mirada amorosa de Kamla, su madre, a quien no pudo encontrar, después de perderse en un tren, a los 5 años. El recorrido sin rumbo por los recuerdos, y la necesidad de acabar con la incertidumbre de quienes quedaron atrás lo llevarán a trazar un camino hacia el pasado, para volver a sus raíces y ofrecer respuesta. Desde sus primeros minutos, Lion, la cinta nominada a los Premios de la Academia como Mejor Película, conmueve, gracias a la actuación de Sunny Pawar, que encarna al pequeño Saroo. Con su mirada, el actor transmite las emociones de su personaje: la alegría de estar en familia, el miedo, la soledad y la tris

Las 3 mejores canciones de Suicide Squad

Número 1: Bohemian Rhapsody.  Jamás sale en la película, pero fue la que nos emocionó durante los avances. Ver aparecer a cada uno de los supervillanos, al ritmo de la introducción a capela de la canción de Queen, eriza la piel. Lástima que solo haya sido eso.  Número 2: Sucker for Pain  es una canción hecha para la banda sonora que aparece en los créditos finales de la cinta. La combinación de rap con rock alternativo va muy bien con este equipo de antihéroes. Número 3: You Don't Own Me. Se escucha de fondo en una de las escenas introductorias de la sensual Harley Quinn. El ritmo y la forma en que es utilizada refleja muy bien su personalidad sicótica, una de las pocas que resalta en la cinta.

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Dice el viejo adagio popular que todo muerto es bueno, quizás, porque en medio de la tristeza, familiares o amigos tratamos de magnificar los valores, talentos, alegrías o los recuerdos vividos al lado de aquel que debemos despedir para siempre. Pero cuando evitamos caer en las trampas de la nostalgia, y logramos recordar -dejando a un lado los sentimientos- podemos llegar a entender que, muchas veces, solo estamos tratando de revivir una pequeña alegría o manifestando inconscientemente un sentimiento de culpa por no haber compartido o valorado lo suficiente a esa persona. Aunque a veces, también llega el desencanto, los hechos concretos nos ayudan a bajar del pedestal a quien veíamos casi perfecto. Pues bien, eso justamente me pasó con Robin Williams, luego de volver a ver algunas de sus películas. Mi infancia -vivida en la década del 90'- recibió un golpe letal y siento que el hombre de sonrisa amplía y ojos vivaces solo era un espejismo, un personaje que rea