Ir al contenido principal

Increíblemente real











A Ron Stallworth no le bastó con ser el primer policía negro en la historia de Colorado Springs, tampoco le alcanzó con ser aceptado en el equipo de detectives, no, él quiso ir más allá y se atrevió a ingresar, en cubierto, a el Klu Klux Klan. Sí, en el año de 1979 la organización racista, xenófoba, antisemita más peligrosa de la historia de los Estados Unidos aceptó entre sus filas, sin saberlo, a un afroamericano.  Y Ron, ¿cómo lo consiguió? Gracias a la ayuda de un judío. ¿Acaso la realidad puede llegar a ser más sorprendente, más irónica?

Este es solo el punto de partida de El Infiltrado del KKKlan (2018), la más reciente realización del polémico director Spike Lee, una gran propuesta estética y narrativa, aderezada con su inconfundible irreverencia, un filme que logró 6 nominaciones en los Premios Óscar 2019: Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor de Reparto, Mejor Guion Adaptado, Mejor Montaje y Mejor Banda Sonora, y que fue ovacionado en algunos de los grandes festivales alrededor del mundo. 

Con la lucha por los derechos civiles como telón de fondo, Ron y Flip (su compañero judío) tienen la misión de descubrir los planes criminales que traza el clan, al tiempo que se ganan la confianza de los líderes, evaden las miradas inquisitoriales de quienes sospechan de su lealtad a la superioridad blanca y soportan las humillaciones de los propios compañeros del departamento de Policía. 

La producción es un homenaje al movimiento cinematográfico de explotación negra (blaxploitation), el cual tuvo su esplendor, precisamente, en la década del 70, con policías afroamericanos como protagonistas, en un realce de los íconos que construyen el imaginario y la identidad de la raza negra. 

Creativa

Spike Lee pone al servicio de la historia una serie de recursos técnicos que la enriquecen y hacen entretenida, de principio a fin: planos secuencias, imágenes de archivo y monólogos, van proporcionando ritmo y equilibrio. El director, nacido en Atlanta (Georgia), en toda su filmografía ha promovido la igualdad racial, en esta oportunidad, sin caer en el moralismo, envía un mensaje claro en contra del fundamentalismo y con socarronas burlas al gobierno actual de Donald Trump, para finalizar en una secuencia contundente.

El otro punto fuerte de la cinta es la construcción de personajes, los protagonistas generan empatía con el público, sin ser perfectos, por el contrario, son profundos con muchos matices. Este punto se realza gracias a las excelentes actuaciones de John David Washington (Ron) y Adam Driver (Flip), son ellos quienes cargan con todo el peso dramático y no son inferiores al reto.

El diseño de producción fue cuidadosamente pensado para recrear la época y generar secuencias aterradoras, en especial aquellas donde el KKK está en acción. Pequeños detalles, ubicados detrás de la acción principal de cada escena realzan el mensaje de las escenas y dan fuerza a la premisa. 

A diferencia de otras cintas que también abordan el racismo, como por ejemplo Green Book, esta producción es consciente de que el problema está vigente, que la intolerancia frente a las minorías no es un asunto del pasado, sino que, inclusive, está más arraigado en aquellos que culpan de todos sus males a las minorías, ya sean negros, judíos, gitanos o inmigrantes. 

Un final diferente

La película no es el gran trabajo en la filmografía de Spike Lee, pero sí es su regreso a las grandes ligas con una de las mejores propuestas de la temporada de premios, sin embargo, entre espectadores y críticos el filme ha sido ignorado, casi rechazado, debido, en gran parte, a la secuencia final, que rompe con la estructura narrativa, no obstante, también puede ser tomada como un segundo clímax de la película, sin miramientos refuerza el mensaje y provocando desazón y desesperanza frente a la cada vez más sorprendente e increíble realidad.




Comentarios

Entradas más populares de este blog

No te preocupes si no entiendes

Por Camila Caicedo. La mirada enamorada entre Harry Styles y Florence Pugh en el cartel de la película Don’t Worry Darling solo me hacía pensar en un drama rosa, en el que el amor triunfa y las lágrimas terminan aflorando, a pesar de lo ridículas que puedan llegar a ser algunas de sus situaciones. Pero, cuando me topé con esta película y decidí verla, descubrí un thriller camuflado detrás de colores vivos y un diseño de producción que todo el tiempo resalta la ‘perfección familiar’, en la década de los 60. La cinta, dirigida por la actriz Olivia Wilde, plantea la vida en pareja de Jack y Alice Chambers, en una comunidad creada por el Proyecto Victoria, una iniciativa en la que trabajan los hombres y que, a pesar de ser desconocida para las mujeres, las mantiene alienadas bajo un modelo de esposa perfecta, en el que es necesario saber cocinar la cena, estar siempre linda y dispuesta, para cuando el marido llega a casa, cansado de sus labores.  A pesar de que Alice parece la indicada...

El despertar sexual femenino nominado al Oscar

Por Camila Caicedo. El afán por no convertirnos en la última en perder la virginidad es algo con lo que muchas nos identificamos y podemos recordar de nuestra adolescencia. El misterio por saber quién es el indicado, si la siguiente oportunidad será la definitiva o si somos muy anticuadas por no arriesgarnos es una bruma que envuelve a muchas mujeres, cuando se ve al sexo como una conquista para la madurez.  Esa búsqueda desesperada y cómica es el eje principal de My Year of Dicks , el cortometraje animado nominado al premio Oscar, dirigido por Sara Gunnarsdóttir y creado por Pamela Ribon, con base en su experiencia personal de encontrar la persona adecuada para tener relaciones sexuales por primera vez.  A través de cinco capítulos, que se ven fácil y agradablemente en 25 minutos, se presentan vivencias relacionadas con la traga, la decepción y los nervios de dar el siguiente paso que experimenta Pam, su protagonista, mientras interactúa con varios personajes, que incluso nos...

Cortometraje: Geri's Game

En 1997, antes de la película Bichos, Pixar presentó este corto animado, que nos lleva a un juego de ajedrez emocionante entre 'los dos puntos de vista' de Geri, un anciano que pasa su tarde en el parque.  Esta pieza recibió el premio Oscar a Mejor Corto Animado en ese año, y marcó gran parte de la esencia de la productora y de lo que presentaría en el futuro.