Ir al contenido principal

Ráfaga de un matrimonio


“Que el amor es simple y a las cosas simples las devora el tiempo”.

Marriage story inicia con una secuencia encantadora. ¿Qué es lo que más amas de Nicole?, ¿Qué es lo que más amas de Charlie?, dos preguntas planteadas a los personajes principales, que se van respondiendo a modo de anécdotas, en voz en off, y con el retrato de cada una de las situaciones, en un encuadre tan íntimo como el de estar enamorado.

Ambas respuestas son una forma poética de presentar oficialmente a Charlie y a Nicole, generando un vínculo instantáneo con el público, que inmediatamente después deberá abandonar ese mundo de fantasía, para vivir de cerca el estrés y la rudeza de un divorcio, con un hijo a bordo, y en el contexto estadounidense.

Marriage story es una película sobre el final de una hazaña, sobre el derrumbe de esa ‘verdad’ que se vio al principio, después de que Nicole recibiera una oferta para trabajar como actriz, en Los Angeles, y Charlie, quien dirige teatro en New York, no aceptara mudarse. 

El director y guionista Noah Baumbach sorprende con ese giro en la historia, que despierta sentimientos de lástima y tristeza, gracias a la detallada construcción de personajes y a que el título y secuencia inicial de la cinta nunca advierten lo que va a pasar.

Dentro de los principales aciertos de la producción está la escogencia de los actores Scarlett Johansson y Adam Driver como protagonistas, ya que estos consiguen interpretar con entereza la cotidianidad, los picos de dolor, furia y desilusión, y cada una de sus motivaciones individuales.

Se podría decir que la manera en que el personaje de Driver afronta la crisis tiene mucho más tiempo en pantalla que Johansson. Sin embargo, allí vale la pena resaltar que toda la trama es vista desde la perspectiva del director, quien tomó bases en sus experiencias personales para escribir la historia.

Por otra parte, la actriz Laura Dern, quien hace el papel de Nora, la sagaz abogada de Nicole, es el reflejo de quienes ven el negocio en este tipo de pleitos, dando cuenta de su ambición, poder de manipulación y capacidad de argumentación, que son explotados al máximo, con el fin de obtener lo que quiere y cree que debe querer su clienta.

Ese rol y el de los demás abogados que tienen lugar en la cinta adquieren gran relevancia en la trama, pues son quienes terminan de dividir los caminos de los esposos, con una intermediación agresiva, que va adquiriendo un papel antagónico al romance que se pintaba al principio.

La mezcla de todos estos factores derivan en varios momentos muy tensionantes, que acompañados por un soundtrack melancólico, compuesto por canciones de artistas indie, como Cat Power, o leyendas como Paul McCartney, terminan por construir una atmósfera de decepción.

No obstante, y a pesar de que es bella visualmente y de que genera un alto nivel de identificación, la cinta puede terminar sintiéndose como una pesada carga, debido a la forma tan vívida en que comunica la angustia al espectador, llevándolo a buscar desesperado un rayo de luz, un desenlace.

Con esto, se podría resumir que Baumbach supo preparar el cóctel perfecto para narrar un divorcio y hacer que quien lo vea se sienta parte del lío. También, fue un acierto distribuirlo a través de Netflix, y dar el chance de ver este soplo de humanidad pura, masivamente, y con la opción de tener un ritmo propio, para detener, suspirar, y retomar la lucha de entender cómo lo ‘perfecto’ también se acaba. 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

La gracia de la desgracia

Muchos deseos son imposibles de contener, como si dentro de nuestro cuerpo calmado, de nuestras palabras serenas, y de nuestra actitud paciente, se albergara una persona distinta, que cuando quiere algo lo reclama, sin importar las circunstancias, consecuencias o la situación en la que se encuentre. Igualmente, dentro de cada uno, vive alguien que es capaz de reírse de las desgracias ajenas, de ver humor en la tragedia, en el peligro y en la vida complicada de quienes despiertan su sed de venganza, antes de abrir los ojos. Y al final, existe otro tipo de mente, que es quizá la más escasa, pues su dueño tiene la capacidad de unir esos elementos perversos, y crear un guión que conquiste las salas de cine, sin la necesidad de recurrir a finales felices o a historias de superación. Ese último individuo es Damián Szifron, el director argentino que de la mano de seis historias dramáticas, generó risas culpables y buenas críticas del público atraído por un título simple: Relat

Cicatrices compartidas II: Brad Pitt

A pesar de que Brad Pitt tiene casi el doble de la edad que Heath Ledger tenía cuando interpretó al Joker de ‘Batman, el caballero de la noche’, el actor norteamericano sería una excelente alternativa para encarnar al villano, en una hipotética cuarta parte de la saga dirigida por Christopher Nolan. Detalles tan simples como la forma del rostro ya le darían una ventaja competitiva frente a cualquier otro que intente maquillarse como el payaso, ponerse el traje morado de chaleco verde y salir a hacer arder el mundo. Brad, en personajes como el de Jeffrey Goines de la magnífica 12 Monos, ha demostrado que puede encarnar el delirio, que puede reflejar la demencia en sus ojos y desarrollar cualquier tic nervioso, como refregarse la lengua en los labios ocasionalmente y así generar repudio. Además, ¿qué amante del buen cine puede obviar la tremenda interpretación del teniente Aldo Raine, líder de los Bastardos sin Gloria de Tarantino? Con ese trabajo Pitt evidenció que, para repres

Familia que roba unida…

Por @kalosw Cuando uno piensa en el Japón actual se imagina un mundo del futuro donde conviven los más grandes avances tecnológicos y los rituales de una cultura milenaria: el tren bala más rápido del mundo pasando a pocos metros de los encantadores templos shinto, donde se veneran a los espíritus de la naturaleza. También, se piensa en una sociedad admirable que supo reponerse a la devastación de dos bombas atómicas, al apostar por la paz y valorar el sentido de lo colectivo por encima del individual, de ahí la extraña sensación que, en los primeros minutos, provoca la película Un asunto de familia cuando desvela el lado marginal del país del sol naciente, a través de la cotidianidad de un particular clan que vive de empleos precarios y de cometer pequeños robos en supermercados.  Pero esa primera impresión pasa rápidamente a un segundo plano, cuando la delicadeza del relato, colmado de detalles: gestos, silencios, diálogos sutiles y hermosos encuadres naturales, intr