Ir al contenido principal

Perdidos en Tokio: El amor no es como lo pintan




 @Kalosw


Lost in translation o Perdidos en Tokio -como se conoció en Latinoamérica- es de esa clase de películas que se pueden amar u odiar, así, sin puntos intermedios. Algunos se dormirán en los primeros 10 minutos, otros se identificarán con la sutil historia de amor que envuelve a los protagonistas. 

Inspirada en un episodio de la vida de la directora Sofia Coppola, la cinta se destaca por el impecable manejo de la luz natural, la imperceptible cámara en mano y la acertada puesta en escena que se complementa con una banda sonora tan triste e introspectiva como la película misma.  

Protagonizada por Bill Murray y Scarlett Johansson, en el 2004 la cinta obtuvo el premio Oscar a Mejor Guion Original, superando a grandes obras como Negocios entrañables o la mismísima Buscando a Nemo. 


La historia de Bob

A comienzos del siglo XXI, Bob Harris, un actor norteamericano envejecido y venido a menos llega a Tokio (Japón) para protagonizar una campaña publicitaria. En el País del Sol Naciente todavía es reconocido como una estrella de películas de acción de los años 70, contrario a lo que sucede en Estados Unidos donde el brillo de su fama está opacado por el olvido. Aunque su deseo es emprender proyectos más serios, no tiene más alternativas que conformarse con un trabajo mediocre y pueril. Está casado desde hace 25 años, pero la comunicación telefónica con su esposa se limita a conversaciones vacías respecto al mobiliario del hogar, sus hijos ni siquiera quieren saludarlo. 

Su incapacidad de hablar japonés, la atención excesiva que recibe de parte de sus anfitriones y estar en el foco de los reflectores, como si fuera un bicho raro de feria en lugar de ser un simple actor, lo llevan a sentirse fastidiado, pues se encuentra en un lugar en el que literalmente no encaja. La tecnología lo avasalla y su habitación en el hotel no está diseñada para un tipo que llega a los casi 1.90 de estatura. 

Su insatisfacción con la vida solo encuentra desasosiego en las horas insomnes que pasa en el bar del hotel, un trago de whisky para acompañar la soledad en medio de la gente. Una noche, mientras se sumerge en su nueva y tediosa rutina, intercambia un par de palabras con una hermosa y joven mujer, la cual está atravesando por una crisis parecida, se llama Charlotte y es el personaje interpretado por Johansson.

 


La historia de Charlotte

Ella tiene entre 20 y 25 años, es filósofa y llegó a Japón porque, a pesar de que se graduó recientemente de la universidad de Yale, está sin trabajo y no tiene más opciones que acompañar los viajes laborales de su esposo, que es fotógrafo profesional. Está aburrida, no sabe qué rumbo debe darle a su vida y duda seriamente si casarse valió la pena, aunque apenas cumplió 2 años de vida marital. Su joven marido está más interesado en el trabajo que escucharla o saber qué es lo que le pasa y ni siquiera es cariñoso con ella.

Charlotte trata de compartir su frustración con alguien telefónicamente, pero por el cambio de horario o la dificultad en la comunicación sus palabras se pierden en el aire. Está sola en un país que admira a través de los cristales de las ventanas como si se tratara de una gran obra de arte. Pero esa inmensidad la hace sentirse frágil y a punto de desmoronarse hasta que una noche, sin quererlo, intercambia un par de palabras con Bob y su vida, por un instante, mejora. 


Bob y Charlotte

Han pasado 23 de los 99 minutos que dura la película y solo hasta ahora los protagonistas tienen el primer contacto. De inmediato hay química entre ambos, se caen bien, sus soledades son afines. Ella desde la plenitud, él desde el ocaso. 

De ahí en adelante la directora, a través de una mirada cercana envolverá al espectador en la fugaz sensación de felicidad que provoca el encontrar una persona de quién aferrarse para escapar del tedio. Dos almas que se comprenden con una mirada, una sonrisa o una caricia, sin decir palabras, sin besos que atosiguen.

Bob y Charlotte, dos extranjeros en la ciudad de Tokio, disfrutan de las fiestas, la moda, los karaokes, pero conscientes de que tarde o temprano, cada uno tendrá que volver a su anodina vida cotidiana. 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

El hombre callado

“Cuídense del hombre callado, porque mientras otros hablan, él escucha; mientras otros actúan, él planea, y cuando ellos finalmente descansan, él ataca”, Anónimo. ¿Cuánto poder pueden tener los vicepresidentes? y ¿Qué tan responsables son de lo que sucede en sus gobiernos? Dick Cheney fue el 46º vicepresidente de Estados Unidos, compañero de fórmula de George W Bush, y uno de los estrategas republicanos más influyentes de los últimos tiempos, quien a pesar de no tener una figura visible en los medios de comunicación, sí estuvo detrás de muchas de las acciones más recordadas del gobierno que vio caer el World Trade Center. Adam McKay, el director conocido por su excelente uso del sarcasmo y su gusto por desvelar escándalos, se le midió a sacarlo del anonimato y presentar su ascenso al poder y lado más oscuro, en el drama político Vice, que aspira a ocho premios Óscar, entre ellos Mejor Película. La primera característica que salta a la vista desde el pri

Las 3 mejores canciones de Suicide Squad

Número 1: Bohemian Rhapsody.  Jamás sale en la película, pero fue la que nos emocionó durante los avances. Ver aparecer a cada uno de los supervillanos, al ritmo de la introducción a capela de la canción de Queen, eriza la piel. Lástima que solo haya sido eso.  Número 2: Sucker for Pain  es una canción hecha para la banda sonora que aparece en los créditos finales de la cinta. La combinación de rap con rock alternativo va muy bien con este equipo de antihéroes. Número 3: You Don't Own Me. Se escucha de fondo en una de las escenas introductorias de la sensual Harley Quinn. El ritmo y la forma en que es utilizada refleja muy bien su personalidad sicótica, una de las pocas que resalta en la cinta.

El libro de la vida

Una apuesta entre La Catrina, gobernante de la tierra de los Recordados, y Xibalba, gobernante de la tierra de los Olvidados, convierte a tres niños en objeto de una disputa de amor que determinará el destino de la humanidad. Esa es la premisa de El Libro de la Vida, una película animada del año 2014, producida por Guillermo del Toro, dirigida por Jorge R. Gutiérrez, que cuenta con las voces en su versión original de Diego Luna, Zoe Saldaña, Channing Tatum, Eugenio Derbez, Dani Trejo, entre otras estrellas.  El triángulo amoroso entre Manolo, Joaquín y María sirve de excusa para narrar una historia entrañable, mágica, divertida que no solo cautiva el corazón de los niños, con sus excepcionales gráficos, sino que conquista la atención de los adultos, gracias a que dilucida una de las tradiciones más ricas de la cultura mexicana: el día de los Muertos. Un entramado que lleva al espectador a descubrir los mundos que están más allá de lo evidente, dejando un mensaje enterne