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Sin novedad en el frente



Por Carlos López.


Quizás una imagen del infierno resulte más apacible que las secuencias de batalla que con suma dureza son retratadas en la película alemana Sin novedad en el frente (2022). Esta nueva adaptación de la novela del mismo nombre cuenta cómo el joven e ingenuo Paul Bäumer decide enlistarse en el ejército alemán, obnubilado por la emoción de alcanzar la gloria y defender el honor de su país, porque para él y sus tres amigos combatir en el frente occidental de la Gran Guerra es una aventura, unas vacaciones para demostrar la valentía del pueblo liderado por el káiser, aunque pronto se percata que la realidad es cruenta, dolorosa y horrenda. 


En las trincheras no hay gloria, hay fango, sangre, frío, ratas, mierda. No hay honor,  solo el afán de sobrevivir, de no caer ante las balas que zumban entre las detonaciones. Tampoco hay gloria, la lucha no es entre héroes, ni siquiera entre generales, es entre muchachos inexpertos que disparan a la nada, fingiendo gallardía, a pesar de que las piernas les tiemblan al ver la carnicería en que, poco a poco, se convierte el campo, donde uno y otro bando trata de avanzar en territorios estratégicamente inútiles. 


En el regimiento de infantería 78 del frente occidental, entre Alemania y Francia, Paul aprende a sobrevivir, mientras sus amigos mueren y su país es derrotado. También entiende que la piedad no existe, que para poder comer es necesario robar y para volver con vida debe matar, aunque después el arrepentimiento le destroce las entrañas. De ahí que la cinta resulte atrapante, después de identificarse con el personaje es imposible salir de ese viaje desesperanzador y trágico. 


Acierta el director Edward Berger con la puesta en escena, por momentos, trepidante, creativa, con elementos que constantemente llevan a sentir que algo terrible está a punto de pasar, lo que sumado a una fotografía de tonos ocres y a una mezcla de sonido apabullante eleva el nivel técnico, sin tener que envidiar a las grandes superproducciones de Hollywood.


La cinta tiene secuencias memorables, en especial las del campo de batalla como el encuentro del protagonista, por primera vez, con los tanques enemigos, un arma que parece indestructible y que puede pasar por encima de lo que se le atraviese, o el momento en el que, después de firmado el armisticio, un general loco decide que es necesario sorprender al enemigo. En ambas es fácil sentirse tan desesperado como el protagonista. 


Ese es el gran acierto de la película, el guion no tiene que recurrir a discursos elocuentes, ni a diálogos mal elaborados para enviar su mensaje en contra de la guerra, sino que lo muestra a través del viaje de los personajes y de todo lo que tienen que enfrentar. 


Sin novedad en el frente se estrenó en Netflix el pasado 28 de octubre, está protagonizada por Daniel Brühl, Albrecht Schuch, Sebastian Hülk, Felix Kammerer, Aaron Hilmer, Edin Hasanovic y Devid Striesow. Y aunque es la tercera versión de la novela, sí es la primera vez que es adaptada por los propios alemanes, quienes haciendo honor al libro evidencian el sinsentido de convertir en carne de cañón a miles de muchachos, cuyas aspiraciones y sueños terminan enterradas en el lodo, mientras los generales, desde sus mesas repletas de comida, toman decisiones sin medir las consecuencias. 


En 1929, el escritor Erich Maria Remarque publicó esta historia, como una manera de expiar los demonios que lo atormentaban luego de sobrevivir su paso por el Frente Occidental de la Primera Guerra Mundial, pero paradójicamente su libro ingresó en la lista de los que debían ser quemados por ir en contra de la propaganda del régimen Nazi que ya había llegado al poder y que se preparaba para meter a la humanidad en su hora más aciaga, razón por la cual se vio en la obligación de huir de su país. 


Sin novedad en el frente es una película para ver muchas veces, para llorar y disfrutar, pero, sobre todo, para reflexionar, pues, a pesar de que son acontecimientos que ocurrieron hace más de cien años, su mensaje parece cada vez más necesario.



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