El sexo nunca ha sido importante en la vida de Ann Bishop Mullany, una mujer casada y cautelosa, que le cuesta intimar con los demás, y que se obsesiona fácilmente con catástrofes mundiales, para evadir sus problemas. Su esposo, John, es un abogado cuya carrera está en ascenso, así como su éxito con las mujeres, que lo ha llevado a acostarse frecuentemente con su cuñada, Cynthia, que, a diferencia de su hermana, quiere vivir una vida sexual sin ataduras y sin piedad con los implicados. A este triángulo amoroso y de mentiras llega Graham, un viejo amigo de John, que con su franqueza consigue acercarse a Ann, generando una fuerte atracción al confesarle que es impotente. Sin embargo, su mayor secreto está en una pila de cintas de video con nombres de mujer, en las que varias chicas confiesan sus secretos más íntimos, frente a la cámara. La tentación de perder el pudor, y la curiosidad por confrontar los misterios de este hombre son los sentimientos que embargan a Ann y a los